Me tropecé hace un par de semanas con un libro en la biblioteca, un libro de Aldous Huxley, cuyo nombre me sonaba desde jovencito por haber visto en la tele la serie sobre su obra "Un mundo feliz". El libro me atrajo por su título: "Filosofía Perenne", título que remite a la profunda conexión en la experiencia mística de todas las tradiciones espirituales, más allá de todo discurso racional filosófico, religioso, cultural o racial donde los egos campan a sus anchas. Porque hay un más allá de todo discurso, un más allá donde surgen la música, la poesía, la belleza, la naturaleza, el universo, la palabra revelada, el amor... Misma experiencia repetida en todo tiempo y en todo lugar.
Había leído sobre Filosofía Perenne por medio de Guenón y Schuon, grandes pensadores musulmanes europeos del siglo XX y conocedores profundos del hecho espiritual en todo tiempo y en todo lugar. Huxley publicó este libro en 1945, cuando Europa estaba devastada por la guerra. El libro es un recordatorio de muchos textos místicos de todas las tradiciones espirituales de la tierra donde se recuerda que los desvaríos del ego son la principal causa de sufrimiento y guerra en el mundo y que hay un más allá detrás de todo ese discurso racional del ego, de todo intento por "tener razón", un más allá que cuando se accede a él se genera una profunda paz y amor (en árabe se puede hablar de "baraka" y de "salâm"). Donde ya no hay "otro" al que oponerse o de quien defenderse, donde todo está unido a todo en un abrazo maternal. Donde la persona deja de funcionar en modo "piloto automático" y empieza a estar atenta (en árabe "taqwa").
Uno de los textos citados en el libro que más me han impactado por el momento es del poeta inglés Thomas Traherne, que vivió en el siglo XVII, considerado santo en la Iglesia Anglicana, del que voy a citar unos pasajes:
"Nunca gozas del mundo rectamente hasta que el mismo mar fluye en tus venas, hasta que te visten los cielos y coronan las estrellas; y percibes que eres el único heredero de todo el mundo (...) El mundo es un espejo de Belleza Infinita, pero nadie lo ve. Es un Templo de Majestad, pero nadie lo mira. Es una región de Luz y Paz, si los hombres no lo inquietaran. Es el Paraíso de Dios (...) Es el lugar de los Ángeles y la Puerta del Cielo. Cuando Jacob despertó de su sueño, dijo: Dios está aquí, y no lo sabía. ¡Cuán pavoroso es este lugar! No es otro que la Cara de Dios y la Puerta del Cielo."
Me resuena tanto a lo que leí tantas veces...
Es tan diferente del discurso dogmático de todo aquel que pretende tener la razón, el mal humano por excelencia que nos lleva una y otra vez a aniquilarnos los unos a los otros...
Gracias a los terroristas que entran matando a gente inocente en nombre del islam, a la ideología wahhabí que los sustenta, y en el otro bando (en el fondo el mismo), a los xenófobos, a los islamófobos, a los nazis, a los racistas, en general a todo aquel cuya bandera es "lo mío es lo mejor" y "yo sé lo que te conviene", nos estamos dirigiendo a un nuevo holocausto. Es que el ser humano es así, tendente a levantar pedestales a sus ideas exclusivistas, para ellos muy racionales. Por eso Nietzsche, el gran Nietzsche, compañero mío del alma durante muchos años, tituló a uno de sus libros "El crepúsculo de los ídolos", porque el ser humano tiende a la idolatría de sus ideas, las convierte en dioses, y a los falsos dioses se les ha de hacer caer (como hizo Muhammad al volver a Meca y vaciar la Kaaba de ídolos).
Aquellas personas que trascienden su idolatría interior acceden al espacio de donde surge el amor, la poesía, la belleza, lo divino, la palabra revelada, aunque esto no lo capte ni el ateo acérrimo, ni el dogmático ni el terrorista.
Aquí podéis leer más sobre esta obra:
http://kishimotoandres.blogspot.com.es/2006/01/aldous-huxley-la-filosofa-perenne.html
Y aquí una recitación en inglés de su poema "Centuries of Meditation":
https://vimeo.com/73777951
Y aquí una recitación en inglés de su poema "Centuries of Meditation":
https://vimeo.com/73777951