sábado, 9 de mayo de 2015

Mente quieta y corazón abierto




Este texto lo escribí en 2012, todavía sigue vigente.


-Mente quieta y corazón abierto. Mente quieta y corazón abierto.

-¡¡¡¡A ver, Juan Miguel!!!! ¡¡¡No me vengas con rollos místicos!!! ¿Qué tiene que ver el hablar bien en público con esto que dices de “mente quieta y corazón no sé qué”?!!!

-Que sí, que tiene que ver. Escucha:

Cuando tienes la mente hecha un lío y el corazón encogido por el miedo, las palabras que salen de tu boca son palabras confusas, temblorosas, que no tienen vida. Son fruto del miedo que no te deja pensar y que te rompe por dentro.

En cambio, cuando tienes la mente quieta y el corazón abierto, las palabras que salen de tu boca son palabras vivas, firmes, frescas, verdaderas, íntegras, que emocionan y transforman a quien las escucha. Son como un torrente de agua fresca que cura las heridas.

Así que repito:

Mente quieta y corazón abierto. Mente quieta y corazón abierto.

¿Has entendido, Juan Miguel?

-Ah, sí, vale.

-Pues a ver si aprendes, con ese cuerpo tan grande que tienes…


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