viernes, 16 de diciembre de 2016

Meros capullos

El gran Nietzsche dijo dos frases que resumen el drama humano:

·         Toda convicción es una cárcel.

(Nietzsche estaba a favor de la vida y de la flexibilidad de pensamiento y acción, y en contra de cualquier absolutismo o dogmatismo de la mente que suele conducir al ser humano a la muerte en vida).

·         El que no cree en sí mismo, miente siempre.

(En esta frase tan rotunda y tan potente, Nietzsche nos enseña cuál es el resultado de la ausencia de autenticidad y confianza en uno mismo: la mentira y el autoengaño).

En toda convicción sobre nosotros mismos y lo que nos rodea está el significado que nos damos a nosotros mismos, cómo nos juzgamos, cuáles son nuestras etiquetas, nuestras jaulas, nuestras redes, nuestros pozos profundos de los que no podemos salir. La historia que nos contamos. 

Y quien no cree en sí mismo, quien no cree que dentro de sí hay una mina de oro que está esperando ser rescatada, tiende a construir auto-engaños o a engañar a los demás, para salir del paso y no ser descubierto como inadecuado.

O dicho en otras palabras, todos nosotros somos flores en potencia. Nuestro fin último es florecer. Lo que pasa es que muchos no florecemos y no pasamos de ser meros capullos. Y el tesoro interior continúa esperando aflorar, como un manantial que queda oculto en el subsuelo.

“Überzeugungen sind gefährlichere Feinde der Wahrheit als Lügen.”

Friedrich Nietzsche


(Las convicciones son enemigos más peligrosos de la verdad que las mentiras)


domingo, 27 de noviembre de 2016

Así habló Zarathustra IV, homenaje a Nietzsche

ALSO SPRACH ZARATHUSTRA
Friedrich Nietzsche

IV

Zarathustra aber sahe das Volk an und wunderte sich. Dann sprach er also:
Der Mensch ist ein Seil, geknüpft zwischen Tier und Übermensch - ein Seil über einem Abgrunde.
Ein gefährliches Hinüber, ein gefährliches Auf-dem-Wege, ein gefährliches Zurückblicken, ein gefährliches Schaudern und Stehenbleiben.
Was groβ ist am Menschen, das ist, daβ er eine Brücke und kein Zweck ist: was geliebt werden kann am Menschen, das ist, daβ er ein Übergang und ein Untergang ist.

Zarathustra contempló al pueblo y se maravilló. Después habló así:
El ser humano es una cuerda tendida entre la bestia y el ser humano superior – una cuerda sobre un abismo.
Un peligroso ir más allá, un peligroso detenerse, un peligroso volver atrás, un peligroso vacilar y un peligroso estar de pie.
Lo más grande del ser humano es que es un puente y no una meta. Lo de que debemos amar en el ser humano es que consiste en un tránsito y un ocaso.

Ich liebe die, welche nicht zu leben wissen, es sei denn als Untergehende, denn es sind die Hinübergehenden.
Ich liebe die groβen Verachtenden, weil sie die groβen Verehrenden sind und Pfeile der Sehnsucht nach dem andern Ufer.

Yo amo a quienes no saben vivir sino para desaparecer, para anularse, pues esos son los que pasan más allá.
Yo amo a los grandes menospreciadores, porque son los grandes veneradores, flechas de deseo que ansían pasar a la otra orilla.

Ich liebe die, welche nicht erst hinter den Sternen einen Grund suchen, unterzugehen und Opfer zu sein: sondern die sich der Erde opfern, daβ die Erde einst des Übermenschen werde.
Ich liebe den, welcher lebt, damit er erkenne, und welcher erkennen will, damit einst der Übermensch lebe. Und so will er seinen Untergang.

Yo amo a quienes no buscan tras las estrellas alguna razón para desaparecer o convertirse en ofrenda para inmolarse, sino que se ofrendan a la tierra para que algún día esta sea del Ser humano superior.
Yo amo a quienes viven para el conocimiento y tratan de saber, para que algún día llegue a existir el Ser humano superior. Y es así como quieren su propio ocaso.

Comentario

En el mundo, en todo lugar y en todo tiempo, ahora y en el pasado, han habido unos pocos individuos que se acercan o realizan ese mítico Ser humano superior, otros pocos individuos que se acercan a la bestia, y la mayoría, que, trabajosamente se mueven en la cuerda floja, que Nietzsche describe como puente. El mundo es una batalla entre estos tres tipos humanos, por eso encontramos desde lo más sublime hasta lo más perverso, de gente con una vida que pasa de largo sin grandes contratiempos a gente con vidas convulsas, frenéticas, maravillosas o trágicas.
El ego es a lo que se refiere Nietzsche como digno de desprecio, lo que es digno de ser anulado o desaparecido, para poder pasar a la otra orilla aquí y ahora. Vivir sin ego. Esa es el gran experiencia espiritual de Nietzsche, el paradigma de los filósofos ateos, por eso lo encuentro tan auténtico, por eso me llena tanto. Es la misma experiencia expresada de mil y una maneras desde la antigüedad. ¿No será que ese Ser humano superior es el equivalente islámico al Al-Insán al-Kámil, el “ser humano completado”, el que ha recompuesto sus piezas rotas?
Vivir sin ego, eso es lo mismo que dice un compatriota moderno suyo, Eckhardt Tolle, y lo mismo que han dicho los grandes personajes espirituales de la humanidad. Y el hombre moderno, todavía sufriendo por los callejones, lamentándose, quejándose, rabiando por el dolor de las heridas...
Vivir sin ego, el ocaso, desaparecer, anularse... Para llegar a la otra orilla, en esta vida ya.
Por eso Nietzsche, como Krishnamurti, son maestros del “la ilaha”, no dioses, no ideologías, algo a tener en cuenta para muchos musulmanes, tan fanatizados, tan trastornados por la ideología. Y también para los que buscan.

sábado, 5 de noviembre de 2016

Así habló Zaratustra II, homenaje a Nietzsche

ALSO SPRACH ZARATHUSTRA
Friedrich Nietzsche

II
Zarathustra stieg allein das Gebirge abwärts und niemand begegnete ihm. Als er aber in die Wälder kam, stand auf einmal ein Greis vor ihm, der seine heilige Hütte verlassen hatte, um Wurzeln im Walde zu suchen. Und also sprach der Greis zu Zarathustra:

Zarathustra descendió la montaña solo, sin encontrar a nadie. Pero cuando llegó al bosque, se topó con un anciano que había salido de su santa cabaña para buscar raíces por el bosque. Y así habló el anciano a Zarathustra:

Nicht fremd ist mir dieser Wanderer: vor manchem Jahre ging er hier vorbei. Zarathustra hieβ er; aber er hat sich verwandelt.
Damals trugst du deine Asche zu Berge: willst du heute dein Feuer in die Täler tragen? Fürchtest du nicht des Brandstifters Strafen?

No me resulta extraño este viajero: hace algunos años pasó por aquí. Se llamaba Zarathustra; pero él ha cambiado.
Entonces llevabas tus cenizas a las montañas: quieres tú hoy bajar tu fuego a los valles?¿No temes los castigos para los incendiarios?

Ja, ich erkenne Zarathustra. Rein ist sein Auge, und an seinem Munde birgt sich kein Ekel. Geht er nicht daher wie ein Tänzer?
Verwandelt ist Zarathustra, zum Kind ward Zarathustra, ein Erwachter ist Zarathustra: was willst du nun bei den Schlafenden?

Sí, reconozco a Zarathustra. Su ojo es puro, y su boca no encierra ningún asco. ¿No será por eso que viene como un bailarín?
Ha cambiado Zarathustra, se ha hecho niño Zarathustra, está despierto Zarathustra: ¿qué tienes que ver con los durmientes?

Comentario

El anciano conoce muy bien el proceso espiritual por el que ha pasado Zarathustra: subir a la montaña con sus cenizas y después bajar revivido, convertido en niño, con pureza en su mirada y en sus palabras, libre como un bailarín, despierto, sabio como los durmientes (ver Biblia y Corán, referido a los durmientes de Éfeso). Pero el anciano teme por él, porque su mensaje es como fuego para la gente corriente (y para los poderes fácticos, por supuesto). Lo tomarán como un incendiario. El anciano teme que le persigan y castiguen.

Nietzsche, como Krishnamurti, grandes maestros del "La ilaha" en árabe (no hay dioses, no hay ídolos, toda ideología es ilusión).


domingo, 11 de septiembre de 2016

El doble filo de la religión

Del libro "Filosofía Perenne" de Aldous Huxley (cap. 24):

Existen, al parecer, dos razones fundamentales para la observada evolución de las religiones históricas:

1) La mayoría de la gente no desea espiritualidad ni liberación, sino más bien una religión que le procure satisfacciones emotivas, respuestas a los ruegos, facultades supranormales y una salvación parcial en alguna suerte de cielo póstumo.

Esta mayoría de gente no quiere complicarse la vida con ir más allá de su pequeño yo. Quiere una ayuda sencilla en forma de religión o filosofía de vida para ir tirando en su vida cotidiana, tal como observa Huxley.

2) Algunos de los pocos que desean espiritualidad y liberación encuentran que, para ellos, los medios más eficaces para tales fines son las ceremonias, "vanas repeticiones" y ritos sacramentales. El participar de estos actos y pronunciar estas fórmulas es para ellos el recordatorio más potente de la eterna Base de todo ser. Es por su propia inmersión en los símbolos por donde pueden llegar más fácilmente a un punto de intersección entre la criatura y el Creador (...). Cada cosa, suceso o pensamiento puede, por tanto, convertirse en puerta por donde tal vez salga un alma del tiempo para entrar en la eternidad. Por esto la religión ritualista y sacramental puede conducir a la liberación.

La vía mística judía, cristiana y musulmana se basa en esto. Los mismos actos rituales y las fórmulas observadas en el punto anterior son medios para ir más allá del pequeño yo. La persona está totalmente abierta a lo interior y a la exterior, sin opiniones cosificadas sobre las cosas, sin prejuicios, sin juicios, sin emociones incontroladas. El pequeño yo ya no está y surge el gran YO, lo divino, el tesoro oculto del ser humano. Estar en presencia de una persona de tal calibre es otra cosa. Jesús era así, Muhammad también, Buda, Moisés... En la vida cotidiana en todo tiempo y lugar han habido y hay personas que se acercan a su nivel, pero que ni se dan cuenta de ello, porque su pequeño yo no está. No van de nada. Cada palabra, cada cosa, cada suceso, cada pensamiento, cada emoción, son puertas hacia lo que va más allá de lo aparente. Pero esto solo lo ve la persona capaz de verlo. No la gente común que no quiere complicaciones, que se queda satisfecha solamente asomándose a la superficie desde la visión de su pequeño yo (de ahí que surjan tantos errores de conducta y de doctrina).

Pero, al mismo tiempo, todo ser humano ama el poder y la exaltación de sí mismo, y toda consagrada ceremonia, forma verbal o rito sacramental es un cauce por donde puede afluir fuerza del fascinador universo psíquico al universo de los yo encarnados. Por esto la religión ritualista y sacramental también puede alejar de la liberación.

Los actos rituales y las fórmulas del primer punto son armas de doble filo para quien tiende a hinchar su pequeño yo. El resultado va desde una mera hinchazón del "yo" y "lo mío" hasta el fanatismo de "lo mío es lo mejor" y "yo sé lo que te conviene". Los fanáticos arrogantes y los terroristas son los casos más extremos. No es más que mera idolatría del "yo" y "lo mío". El resultado es que todo lo que se sale de su esquema mental es despreciable, bicho que se ha de eliminar.

Por eso el Corán es un libro que tanto es referencia para el sufi, como para el dogmático, como para el terrorista.También la Biblia, para el caso judío y cristiano. Por eso lo del doble filo de la religión. Quien tiende a dejarse dominar por su pequeño yo, el texto favorece sus intereses de poder. Quien no va de nada, el texto le habla de sus significados ocultos. Y es cuando del pecho de la persona surgen los arroyos de leche y miel, dicho de una manera coránica, al mismo tiempo poética. Sería tan bello que surgieran personas así, muchas, y que la voz del islam ya no fuera monopolio de dogmáticos, fanáticos y terroristas. Así el islam sería la admiración del mundo. Es solo un sueño. Soñar no me lo impide nadie. 

Ali, yerno y primo de Muhammad, expresó magistralmente el hecho religioso en el ser humano:

Hay tres tipos de personas religiosas: la del esclavo, la del comerciante y otra. El esclavo cumple con la religión por miedo al castigo. El comerciante cumple con la religión por afán de recompensa. El otro es el que cumple con la religión por amor desinteresado. De los dos primeros el mundo está lleno. De los otros, se encuentran a faltar (*).

El pequeño yo cabe en un puño apretado para asegurarse que "lo mío sigue siendo mío". Al GRAN YO no lo abarcan ni los cielos ni la tierra. Los brazos abiertos para  abrazar desinteresadamente a quien quiera dejarse abrazar. Nuestro fondo sagrado. O Base divina, como lo describe Huxley.


(*) Este hadiz está pendiente de mostrar el texto original en árabe y su traducción al castellano.

viernes, 20 de mayo de 2016

Las Escrituras en blanco del Buda


Cuentan las crónicas budistas chinas que un grupo de interesados en el mensaje del Buda hicieron el largo viaje hasta la India para visitar al Buda. Ellos querían traer de vuelta las Escrituras para ofrecerselas a su pueblo como guía de sus vidas. Cuando recibieron las Escrituras, se encontraron con gran sorpresa y contrariedad unos rollos en blanco, y fueron a quejarse al Buda en persona de que les habían hecho una entrega fraudulenta e hicieron la siguiente pregunta gritando: “¡¡¡¿Para qué va a servirnos esto?!!!”. El Buda, sonriendo, les respondió:

“No hay necesidad de gritar. De hecho, son esos rollos en blanco las verdaderas Escrituras. Pero ya veo que la gente de la China es demasiado simple e ignorante para creer esto, de modo que no hay más remedio que darle ejemplares con algo escrito en ellos.”

*Esta es la crónica de Wu Ch´êng-ên, tal como la recoge Aldous Huxley en su obra “Filosofía Perenne”, en el capítulo 7 “La Verdad”.

Estamos hablando de varios siglos antes de Cristo, cuando todavía no había internet y la gente no sabía lo que se hacía o pensaba a varios kilómetros más allá (tenían que pasar años o décadas para que cualquier cosa relevante se transmitiera). El Buda no conocería a Lao-Tse (eran de la misma época, aunque a miles de kilómetros) y su obra póstuma “Tao Te Ching”. Si lo hubiera conocido, seguro que en esos rollos en blanco habría escrito, en chino, al menos una de sus sentencias. Pienso en una en particular, que lo resume TODO, por eso me conmocionó y emocionó cuando la leí:

“La sociedad que sigue el Tao, usa sus caballos para arar los campos. La sociedad que no sigue el Tao, usa sus caballos para llevar a los soldados al campo de batalla.”

¿Qué surge ahora mismo?

Los rollos en blanco es lo virginal en la Naturaleza y en el propio ser humano. 

*Pensad en María, la virgen, que por su condición de virgen, concibió el Verbo divino (Jesús). Pensad también en Muhammad, el ummí-maternal-iletrado, que gracias a esa condición pudo recibir el Corán y vaciar de ídolos la Kaaba que construyeron Abraham e Ismael, símbolo de la pureza interior del ser humano.

Lo que quiso enseñar el Buda fue que… (hasta aquí puedo leer, Mayra dixit).

Vale… Sigo escribiendo, no me puedo callar. A lo mejor alguien sensible me lee y le sirve de algo.

Pero… Siempre hay un pero. 

Pero el ser humano se encarga de superponerlo todo con su propia idolatría.

El ser humano tiende a la idolatría: sus opiniones fijas, sus sufrimientos, sus angustias por el futuro, sus resentimientos por el pasado, sus miedos, sus rencores, sus complejos y sus soberbias, sus clases sociales, sus castas, sus anhelos, sus odios, sus depresiones, sus ideologías, sus barreras, sus fanatismos, en fin, EL EGO. Estamos hablando de los ídolos mentales, los que Nietzsche, el gran Nietzsche, mi filósofo de mi alma atea juvenil, denunció por ser la gran desgracia de la humanidad (una de sus grandes obras la tituló “El crepúsculo de los ídolos”).

*El colmo es la ideología wahabí que tanto daño está haciendo al islam. En general, cualquier fanatismo religioso, político, racial, futbolístico, etc..


Mensaje en especial para musulmanes (que hoy en día están sufriendo mucho porque están siendo atacados tanto por dentro como por fuera): a medida que se van disolviendo los propios ídolos, algo inconmensurable surge, nuestro tesoro divino, y el resultado es que a la persona le inunda una paz (salâm) inmensa, que la transmite a los demás (baraka) y deja de ocuparse en juzgar a los demás. Nuestra mente tiende a crear enredos mayúsculos y espinosos, como un zarzal. Cuando el zarzal arde, Allah surge, como le pasó a Moisés (Musa a.s.) en el Monte Sinaí, y todo lo ilusorio se desvanece. Este es el principio del camino de la pacificación de una sociedad. Este es el camino del Tao para conducir los caballos a arar los campos. Este es el camino que quiso transmitir el Buda con sus Escrituras en blanco. 

sábado, 23 de abril de 2016

Hasta que el mismo mar fluye en tus venas

Me tropecé hace un par de semanas con un libro en la biblioteca, un libro de Aldous Huxley, cuyo nombre me sonaba desde jovencito por haber visto en la tele la serie sobre su obra "Un mundo feliz". El libro me atrajo por su título: "Filosofía Perenne", título que remite a la profunda conexión en la experiencia mística de todas las tradiciones espirituales, más allá de todo discurso racional filosófico, religioso, cultural o racial donde los egos campan a sus anchas. Porque hay un más allá de todo discurso, un más allá donde surgen la música, la poesía, la belleza, la naturaleza, el universo, la palabra revelada, el amor... Misma experiencia repetida en todo tiempo y en todo lugar. 

Había leído sobre Filosofía Perenne por medio de Guenón y Schuon, grandes pensadores musulmanes europeos del siglo XX y conocedores profundos del hecho espiritual en todo tiempo y en todo lugar. Huxley publicó este libro en 1945, cuando Europa estaba devastada por la guerra. El libro es un recordatorio de muchos textos místicos de todas las tradiciones espirituales de la tierra donde se recuerda que los desvaríos del ego son la principal causa de sufrimiento y guerra en el mundo y que hay un más allá detrás de todo ese discurso racional del ego, de todo intento por "tener razón", un más allá que cuando se accede a él se genera una profunda paz y amor (en árabe se puede hablar de "baraka" y de "salâm"). Donde ya no hay "otro" al que oponerse o de quien defenderse, donde todo está unido a todo en un abrazo maternal. Donde la persona deja de funcionar en modo "piloto automático" y empieza a estar atenta (en árabe "taqwa").

Uno de los textos citados en el libro que más me han impactado por el momento es del poeta inglés Thomas Traherne, que vivió en el siglo XVII, considerado santo en la Iglesia Anglicana, del que voy a citar unos pasajes:


"Nunca gozas del mundo rectamente hasta que el mismo mar fluye en tus venas, hasta que te visten los cielos y coronan las estrellas; y percibes que eres el único heredero de todo el mundo (...) El mundo es un espejo de Belleza Infinita, pero nadie lo ve. Es un Templo de Majestad, pero nadie lo mira. Es una región de Luz y Paz, si los hombres no lo inquietaran. Es el Paraíso de Dios (...) Es el lugar de los Ángeles y la Puerta del Cielo. Cuando Jacob despertó de su sueño, dijo: Dios está aquí, y no lo sabía. ¡Cuán pavoroso es este lugar! No es otro que la Cara de Dios y la Puerta del Cielo."


Me resuena tanto a lo que leí tantas veces...

Es tan diferente del discurso dogmático de todo aquel que pretende tener la razón, el mal humano por excelencia que nos lleva una y otra vez a aniquilarnos los unos a los otros...

Gracias a los terroristas que entran matando a gente inocente en nombre del islam, a la ideología wahhabí que los sustenta, y en el otro bando (en el fondo el mismo), a los xenófobos, a los islamófobos, a los nazis, a los racistas, en general a todo aquel cuya bandera es "lo mío es lo mejor" y "yo sé lo que te conviene", nos estamos dirigiendo a un nuevo holocausto. Es que el ser humano es así, tendente a levantar pedestales a sus ideas exclusivistas, para ellos muy racionales. Por eso Nietzsche, el gran Nietzsche, compañero mío del alma durante muchos años, tituló a uno de sus libros "El crepúsculo de los ídolos", porque el ser humano tiende a la idolatría de sus ideas, las convierte en dioses, y a los falsos dioses se les ha de hacer caer (como hizo Muhammad al volver a Meca y vaciar la Kaaba de ídolos). 

Aquellas personas que trascienden su idolatría interior acceden al espacio de donde surge el amor, la poesía, la belleza, lo divino, la palabra revelada, aunque esto no lo capte ni el ateo acérrimo, ni el dogmático ni el terrorista.

Aquí podéis leer más sobre esta obra:


http://kishimotoandres.blogspot.com.es/2006/01/aldous-huxley-la-filosofa-perenne.html

Y aquí una recitación en inglés de su poema "Centuries of Meditation":
https://vimeo.com/73777951

sábado, 26 de marzo de 2016

INVICTUS

La película INVICTUS (2009) sobre Nelson Mandela, dirigida por el gran Clint Eastwood, gran película que me encanta por su gran mensaje de pacificación de un país, Sudáfrica, dañado por décadas y décadas de desprecio del blanco hacia el negro. Morgan Freeman hace una gran interpretación, lo mismo que Matt Damon. El poema que ayudó a Mandela, según la película, a superar los largos años de cárcel en Robben Island, se titula Invictus, como la película, y es del poeta William Ernest Henley (1849-1903). El poema es fruto de sus largos años de enfermedad. A los 12 años comenzaron sus problemas de salud: tuberculosis en los huesos, que después provocó la amputación de un pie por debajo de la rodilla, como única forma de preservar la vida. Estudió en Oxford, y más tarde, en 1875,  escribía el poema desde una cama de hospital. A pesar de sus problemas de salud, vivió su vida de una forma activa hasta su muerte a los 53 años. Su amigo Robert Louis Stevenson se basó en él para crear el personaje del capitán Long John Silver de La isla del tesoro.
Aquí está el texto en inglés y su traducción al castellano. El tema del alma inconquistable es clave para la superación de las dificultades (en la película, para superar el resentimiento hacia los blancos y el deseo de venganza) y para no caer en la inconsciencia tan común en nosotros, que solemos vivir en modo "piloto automático". El alma inconquistable remite al espacio sagrado, inviolable, que todo ser humano tiene en su interior, y que tantas veces ignora que esta ahí. Ese espacio sagrado experimentado y descrito en todas las grandes tradiciones religiosas, desde el cual se genera una paz inmensa que cura la gran enfermedad de los egos: la soberbia de que "lo mío es lo mejor". Lo que surge de ese espacio sagrado es el gran tesoro del ser humano, que se echa de menos, hoy en día se echa tanto de menos, cuando la paz se echa de menos... Los fanáticos no captan esto de lo que hablo, sólo entienden de ideologías, cosas mentales, "yo sé lo que te conviene", por eso disponen de las vidas humanas como se les antoja. Este poema es un alegato a la disolución del deseo de venganza y a favor de la paz de los corazones.

Out of the night that covers me,
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.
In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.
Beyond this place of wrath and tears
Looms but the horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.


Más allá de la noche que me cubre,
negra como el abismo insondable,
doy gracias a cuales dioses fuere
por mi alma inconquistable.
En la cruel garra de la circunstancia
no he gemido ni llorado.
Sometido a los golpes del azar
mi cabeza sangra, pero está erguida.
Más allá de este lugar de ira y llantos
yace sino el horror de la sombra,
Y aún la amenaza de los años
me halla y me hallará sin temor.
No importa cuán estrecha sea la puerta,
cuán cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino,
soy el capitán de mi alma.

domingo, 28 de febrero de 2016

La llama




"La observación es como una llama, la llama de la atención. Con esa llama, la herida psicológica, el sentimiento que nos lastima, el odio…, todo se extingue, desaparece".

(Jiddu Krishnamurti)

Este texto del gran Krishnamurti me recueda a la pira funeraria en las aguas del Ganges, encima de la cual se pone a la persona fallecida. Se excluye a los sadhus, los místicos mendicantes que viven en las calles de la India, porque ya no les queda nada que quemar.

Las cinco salat diarias del islam: la etimología remite a quemar, y sugiere que la salat es como una pira de fuego que quema toda la idolatría interior en la que se convierte el ego (la madre y el padre de todo fanatismo), con sus miedos, fobias, creencias limitantes y dolor por el pasado y ansiedad por el futuro. Cada vez que la persona se dirige a la Kaaba en Meca, se está introduciendo en su propio espacio interior, donde no hay idolatría, donde la mente no está, el ego no está, y surge el verdadero tesoro del ser humano.

(Nota: algo importante debe haber fallado en el mundo musulmán, porque en vez de ser la admiración del mundo, se ha convertido, en cambio, en el enemigo público número 1).

Todo esto lo explica muy bien, en lenguaje moderno, Eckhardt Tolle con su poder del ahora.

Resumen: quemar la basura psicológica y que la combustión produzca luz. La pareja fuego-luz, pura energía que no se destruye, sino que se transforma. El fuego se transforma en luz. Pasar de estar quemando por el sufrimiento a irradiar luz desde el interior.

(Juan Miguel Lorente González)

sábado, 23 de enero de 2016

Mariposas

Un poemilla dedicado a la hija de la luna. Se me ocurrió directamente en árabe clásico, como si fuera un poeta de los antiguos, y os lo traduzco al castellano para que lo entendáis, y quién sabe si os hace soñar. Para mi es muy bonito:


قَبْلَ غُروبِ الشَّمْسِ
نِمْتُ مَعَ ابْنَةِ القَمَرِ
و حَلِمْنا أَنَّ كُنَّا
فَرَشَتانِ
 
 
Antes que se pusiera el sol,
 
dormí con la hija de la luna,
 
y soñamos que éramos dos mariposas.